Presentación "Lo quieras o no"
Democracia
Partiendo de un interés sobre los modos, técnicas y canales de propaganda, se ha desarrollado un proyecto de carácter colaborativo con una serie de trabajadores culturales, de músicos, cuyo espacio de actuación son los vagones del metro de Madrid. Por lo general el repertorio de los músicos del metro se suele centrar en temas populares muy conocidos, o en composiciones mainstream de moda, buscando agradar al mayor número de viajeros posible, para así también poder asegurarse un retorno económico, reproduciendo de este modo y en su propia escala el propósito de la industria cultural y la cultura de masas como técnicas de estabilidad social, apaciguamiento y conformidad, tal como se entienden desde la teoría crítica.
A través de un proceso de diálogo y negociación con los músicos, se ha intervenido en su repertorio habitual con la intención de introducir determinados temas de carácter social o político, confrontativos o underground, seleccionados específicamente, bien por su propia peripecia vital, por su fondo cultural o ideológico, bien por la adecuación a su estilo e intereses musicales, que viniera a causar una disrupción en la gramática cultural de lo que los viajeros esperan de estas actuaciones.
“Lo quieras o no” alude a un público cautivo, el viajero que durante ese tránsito no puede sustraerse a la actuación del músico. Un usuario del portal de participación ciudadana del Ayuntamiento de Madrid (esa herramienta online que abre la posibilidad de votar en consultas ciudadanas, plantear proyectos de presupuestos participativos o decidir la normativa municipal) lo explicaba en su propuesta de ordenanza, titulada “Prohibición de mendicidad con música en el interior de los vagones de metro”, de la siguiente manera: “Los «músicos» que entran a mendigar, muchas veces con amplificadores y micrófonos, son una molestia de la que resulta difícil, cuando no imposible escapar”. Estos trabajadores culturales precarios son mendigos a los ojos de este ciudadano, pero también lo son a efectos de las normativas municipales, ya que si llegan a ser sancionados, lo es bajo la figura de “mendicidad”, que encuentra su regulación en la Ordenanza de 16 de julio de 1948, que prohíbe su ejercicio bajo cualquier forma y en todo lugar.
“Lo quieras o no” también alude a la necesidad de uso del transporte público, al desplazamiento hacia el lugar de trabajo, a la necesidad de participar del trabajo asalariado. Un conductor de transporte público definió una vez su trabajo como el de transportar gente desde sitios donde no quiere vivir a sitios donde no quiere trabajar. Si tal como afirma Institute for Precarious Counciousness, la ansiedad es el afecto dominante del capitalismo actual, lo es por su vinculación con la precariedad. “La precariedad es un tipo de inseguridad que trata a las personas como desechables con el fin de imponer el control. La precariedad se diferencia de la miseria en que las necesidades de la vida no están simplemente ausentes. Están disponibles, pero retenidas condicionalmente” 1 y en esto tanto el trabajador que se desplaza como el que toca en el metro se vinculan.
En la selección de los temas a interpretar, esta situación se ha reflejado en una mayoría de canciones relacionadas tanto con el trabajo como con la resistencia al trabajo y a la alienación. El resto se desprenden de las propias condiciones de los trabajadores: las migraciones económicas, tema central aquí debido al origen de parte de los colaboradores, que traen el testimonio de sus propias luchas al subterráneo de Madrid, evocando el internacionalismo; la memoria popular de la historia política de la ciudad y del país y el rechazo del autoritarismo, propio de las clases subalternas, de raíz libertaria. Un imaginario que se despliega ante ese público cautivo de trabajadores y trabajadoras que se mueven por las entrañas de la ciudad bajo los imperativos flujos del capitalismo, con una nueva exigencia social añadida: la de estar siempre conectados. “La comunicación es más ubicua que nunca, pero cada vez más, la comunicación ocurre solo a través de vías arbitradas por el sistema. Por lo tanto, en muchos sentidos, a las personas se les impide de hecho la comunicación” 2.