Casas de cartón: cantos de contienda para una modernidad desigual1

Luis Duno-Gottberg

En el contexto venezolano, caracterizado por desengaños, polarización y sensibilidades enervadas, las Casas de cartón de Alí Primera resulta un tema inflamable. Esta breve reflexión añadirá seguramente “cartón a la candela”, tanto entre quienes se animan con la tonada, como entre quienes se irritan al escucharla.

Casas de cartón denuncia la desigualdad aberrante de un rico país petrolero. Su alcance es, sin embargo, más amplio. Se gesta en un contexto de luchas políticas que atraviesan el Sur-Global en tiempos de descolonización y luchas armadas. En términos culturales, forma parte de los discursos de protesta y se nutre tanto de la tradición latinoamericana de la “Nueva Canción” y su proyecto revolucionario, como del legado popular de la música venezolana (y, en particular, de la gaita zuliana).

Para algunos, la canción se reduce al himno hipnótico de una utopía manipuladora y fallida, cursi y machacona. En efecto, ante mi invitación a pensar en su significado, un músico más o menos conocido me respondió indignado, que “no [está] dispuesto a ponderar una obra que le enfurece” y que, frente a esa tradición de la música de protesta, él se ha “convertido ahora en un hombre ultraderecha”. Es algo que él “aborrecía profundamente”. Por lo tanto, Casas de cartón funcionaba aquí como un disparador traumático o, si se quiere, un detonante de la reacción.

Por otro lado, Casas de cartón formaba parte del repertorio de todo acto de protesta de la izquierda radical venezolana y, en las últimas dos décadas, no faltó en una que otra cortina musical de los programas promovidos por el Gobierno Bolivariano. La canción devino así símbolo recurrente de la lucha contra la desigualdad, así como un índice directo de la propaganda estatal. Dicho esto, la canción parece menos viva entre los techos de cartón de hoy en día, donde la tonada revolucionaria parece ahogada por el retumbar del reggaetón y la champeta.

Sin sospechar sus inmensas resonancias futuras, Alí Primera presentó por primera vez su canción en 1974. Se trataba de una época marcada por la lucha armada y la subversión, pero también por brutales respuestas represivas por parte del estado venezolano.

Estatua de Alí Primera en los espacios de la Gobernación del estado Aragua en la ciudad de Maracay, Venezuela
Estatua de Alí Primera en los espacios de la Gobernación del estado Aragua en la ciudad de Maracay, Venezuela. Obra de Asdrúbal Figuera. Fotografia de Muago ( CC0 1.0 Universal Public Domain Dedication)

Nacido en una profunda pobreza, en una de las regiones más deprimidas de Venezuela, la Península de Paraguaná, Alí Primera fue testigo de la pujante industria petrolera que marcaba el paisaje de la región y el desarrollo desigual del país. Aridez y miseria por un lado; destellante modernidad petrolera por el otro.

El conjunto Cutumay Camones, miembros del FMLN, con los que colaboró Alí Primera,tocando en Cleveland, Ohio EEUU en 1987
El conjunto Cutumay Camones, miembros del FMLN, con los que colaboró Alí Primera,tocando en Cleveland, Ohio EEUU en 1987. Fotografía de Linda Hess Miller (Creative Commons Attribution 3.0)

En ese momento, las empresas norteamericanas definían la realidad social, económica y política del país según sus intereses, generando un modelo económico que volcó la atención del estado hacia los requerimientos de una industria extractiva que desplazaba la actividad agrícola. Bajo ese esquema, se produjo una migración descontrolada de la población rural hacia las ciudades, en búsqueda de oportunidades de trabajo y mejoramiento de las condiciones de vida. La llegada masiva de los otrora campesinos a la ciudad de Caracas colapsó rápidamente el acceso a la vivienda pública que, en el año 1943, había promovido el gobierno de Isaías Medina Angarita (los “Bloques del Silencio y los de San Martín) y, posteriormente, en 1950, el dictador Marcos Pérez Jiménez (Parroquia 2 de diciembre, luego llamada 23 de Enero); para mencionar solamente dos ejemplos del territorio donde se ubica el tema de la canción, aunque no explícitamente.

Barrio 23 de Enero de Caracas
Barrio 23 de Enero de Caracas. Fotografia de Alex Cabello Leiva (CC Creative Commons Attribution-Share Alike 4.0)

Esa población sin acceso a la vivienda se vio obligada a invadir sistemáticamente las periferias de la ciudad, sin ningún tipo de planificación ni previsiones, creando inmensas barriadas. El fenómeno de la autoconstrucción y la vivienda precaria se inicia así masivamente, de la mano de la modernidad petrolera. Los techos de cartón son, en este sentido, un derivado del petróleo.

Numerosa e invisible (invisibilizada), esta población continúa expandiéndose rápidamente en espacios carentes de toda infraestructura. El fenómeno cambiaría abruptamente la geografía urbana y comenzará a emerger, naturalmente, en los imaginarios. El paisaje cultural es, en cierto sentido, un “paisaje de techos de cartón” que aparecen en el cine, la pintura y, por supuesto, en la música, hasta nuestros días.

Sin participación de las instituciones del estado, las familias improvisaron la construcción de sus viviendas con lo que podían echar mano y movidas por la angustia de encontrar un lugar para vivir ¿Qué es más urgente, el techo, el agua o la comida?

Los materiales más comunes eran los desechos de esa petro-modernidad volcada a la importación de productos foráneos: las tablas de maderas baratas y las láminas de cartón que habían servido de embalaje para productos llegados por mar constituían, en su segunda vida, la base de esa arquitectura precaria, antes de la llegada del ladrillo y la lámina de zinc. La disponibilidad de estos materiales se encontraba directamente vinculada al tipo de desarrollo del país: Venezuela importaba prácticamente el cien por ciento de lo que consumía. En un lapso relativamente corto, los cerros de que bordeaban el valle de Caracas se encontraron deforestados y super-poblados de casas de cartón. La pobreza rural se convirtió en miseria urbana. Otra canción titulada El derecho al derechito, lo explicita:

“Derechito a la ciudad, desde el campo abandonado
se dirige el campesino, con la moral por debajo
de la miseria rural pasa a la miseria urbana
no porque le da la gana sino por su derechito
de buscar una salida, y la miseria en la ciudad
al menos es divertida”

Alí Primera compuso Casas de Cartón marcado por sus propias vivencias en Paraguaná y, más delante, por su militancia en la Juventud Comunista y el Partido Comunista de Venezuela, cuando se trasladó a Caracas para cursar estudios de secundaria. Luego iniciaría estudios de Química en la UCV.

Casas de Cartón se presenta en forma de lamento. De estructura simple -tres acordes mayores y uno dominante-, la canción se apoya básicamente en el sonido de cuatro, guitarra, flauta traversa y contrabajo, para lograr una canción profunda que, sin entrar en el ámbito contestatario, refleja la brutal realidad de aquellos habitantes marginados la periferia urbana. En este sentido, la canción tal vez sea demasiado triste y carezca del empuje a la lucha que caracteriza a otros ejemplos de la Nueva Canción Latinoamericana. En efecto, si bien el repertorio de Alí Primera incluye múltiples homenajes a personajes que protagonizaron luchas armadas (Simón Bolívar, Antonio José de Sucre, Ernesto Guevara, Camilo Torres, Ho Chi Min, Ezequiel Zamora, Tania, Sandino, etc.), la armonía de Casas de Cartón es melancólica y, en el mejor de los casos, constituye un llamado a una calma rabia…

Siguieron otras muchas canciones en las que los humildes y la explotación aparecen claramente identificados dentro de un marco que sitúa la pobreza en la estructura de un petro- estado dependiente.

“Ruperto vivía en su campo. Su mujer y tres muchachos

La hierba su medicina y el brujo Antonio su médico
Y un día miró a caracas. En la pulpería del pueblo
En un almanaque de esos de la creole petroleum corporation
Quiso venir a caracas. Vino a caracas Ruperto
Lo ayudó el capitalismo. Lo ayudó a construir su rancho
Con latas vacías de pepsi-cola, con latas vacías de mobil esso
Y le puso como techo un afiche de la ford company “es fácil tener un mustang”
Se le enfermó su muchacho. El más pequeño de ellos y el más grande de sus sueños
Bajó a la ciudad Ruperto a buscarle algún remedio, y se le murió en la cola
Se le murieron sus sueños
No tenía pa’ enterrarlo el desempleado Ruperto
Y buscó robar Ruperto pa’ llevarlo al cementerio
Apresaron a Ruperto la policía siempre es eficiente cuando se trata de los pobres
Vinieron los curiosos y gritó uno de ellos
“policía deje ese hombre” no lo ves que está llorando?
No lo ves que quiere irse con su muchachito muerto?
No lo ves que quiere irse corriendo tras de sus sueños?”(Ruperto)

No fue difícil que Casas de Cartón fuese acogida por otros los países de América Latina. En esto contribuyó fundamentalmente el grupo Los Guaraguao, fundado en Venezuela en 1973, por los músicos Eduardo Martínez (solista y cuatro), Saúl Morales (guitarra), Jesús Cordero (bajo) y José Manuel Guerra (batería). Sus conciertos alrededor del continente popularizaron la canción de Alí Primera.

No sorprende el éxito adquirido por Casas de Cartón. En sí misma, representaba la experiencia común y extendida de la pobreza en la región, efecto de un desarrollo desigual y políticas cómplices del capital extranjero. Asimismo, su autor tuvo cierta aspiración latinoamericanista, componiendo homenajes a prácticamente todas las luchas populares de la región. El sombrero azul, por ejemplo, fue compuesta en los años ochenta, en solidaridad con el FMLN. Muchos salvadoreños la consideran su segundo himno y, por supuesto, otros, un oprobio.

El 27 de febrero de 1989, cuatro años después de la muerte de Alí Primera y tras el anuncio de medidas neoliberales por parte del gobierno de Carlos Andrés Pérez, recién estrenado, hubo un alzamiento popular espontáneo desde los cerros de Caracas. Se trataba de una respuesta a una serie de medidas impuestas desde el FMI y el BM que venían a endurecer la ya precaria situación de los pobres. En cuestión de horas la protesta se extendió por todo el país, concentrándose en las zonas más pobres, donde sonaban las canciones de Alí Primera. Tres años más tarde, el 4 de febrero Hugo Chávez intentó derrocar ese mismo gobierno que había logrado reprimir la protesta de Casas de Cartón. Las canciones de Alí Primera volvían a sonar. Cuando el mismo Chávez regresa por la vía constitucional, los temas de Alí Primera, parecen insertarse en un discurso revolucionario institucionalizado. Las Casas de Cartón reaparecen a partir de allí, desde arriba, desde el Estado y sus medios de difusión, mientras los mismos cinturones de pobreza continúan como el rasgo distintivo de la ciudad.

Acaso cierto reggaetón y cierta champeta sean ahora los cantos más fieles de las casas de cartón de la post-utopía venezolana, cuando los cantos históricos de la contienda quedan en manos de señores de palacio…

El Caracazo. Foto tomada en el Terminal de Autobuses de Guarenas
El Caracazo. Foto tomada en el Terminal de Autobuses de Guarenas. Fotografía de Jheremycg (CC Attribution-Share Alike 4.0)
Una víctima del Caracazo en Petare captada por Frasso Yrmauhili
Una víctima del Caracazo en Petare captada por Frasso Yrmauhili (CC Attribution-Share Alike 4.0 International).

Footnotes

  1. Mi gratitud a Gustavo Valcárcel, melómano y rebelde. Estas líneas le habrán de molestar, con el cariño de siempre…